ALGUNAS APROXIMACIONES A LA RELACIÓN ARTES VISUALES-HISTORIA-EDUCACION.
LAS ARTES COMO TESTIMONIO DE LA HISTORIA
El arte visual ha registrado
instantes, movimientos, acontecimientos, alegrías, penas, dramas en muchos
contextos y épocas; emplear el registro de un instante vitalizado por la acción
social puede arrojar información sobre costumbres, hábitos, tendencias, modas,
que responden a esos cuadros complejos dibujados por la dinámica social que se
fijan visualmente en la memoria y despiertan evocaciones de añoranza, deseos y
variadas sensaciones, desde las más bellas hasta las más horrorosas y lúgubres,
unas y otras son imposibles de borrar y cobran significados diversos. (Ortiz Palacios, 2007)
Históricamente la humanidad ha sentido
la necesidad de entender su entorno y las cosas que lo componen, así,
desarrolló sistemas de comunicación, primero, basados en sonidos que se
convirtieron en palabras, seguidamente aprendieron a representar su realidad con imágenes, y con el tiempo
estos sistemas, estas técnicas se complejizaron cada vez más según aumenta el
conocimiento del mundo, la elaboración de imágenes se aproximó continuamente a
un sentido más realista y su funcionalidad cambió según la época y la cultura;
como lenguaje escrito, es decir los jeroglíficos; como objeto de adoración para diversas
culturas; como símbolos de estética y deleite; y desde el siglo XX para
divertir y entretener al público a través de los medios audiovisuales, pero lo
que no ha cambiado es su facultad de representar ideas abstractas u objetos
reales dentro de la compleja historia humana.
Además de ser mecanismos para entender
el mundo, la técnica se ha usado para recordar, es de destacar la relación
entre arte/técnica[1] y memoria, pues en principio el arte está
ligado a la memoria y la técnica es un auxilio para no olvidar, como es el caso
de la Mnemotécnica o Ars memoriae usada por los antiguos y contemporáneos como
método de aprendizaje y para mantener
vivo el pasado reproduciendo la
estructura cultural de una sociedad, siendo las tradiciones, creencias y
sistemas de valores, todos heredados de tiempos anteriores a través de
manifestaciones artísticas como la literatura, la poesía, la música y por
supuesto las artes visuales. Básicamente, la función de las artes a través de
la historia cultural humana ha sido y continua siendo la tarea de la
“construcción de la realidad” (Efland, 2004) , “no solo en
términos de la representación que hacen de ella sino que en su relación con la
ciencia, han contribuido a la
conformación de nuevos objetos, relaciones sociales y formas de aprehensión del
mundo personal y social” (Lopez, 2011, pág. 18)
Arte e historia se han complementado
desde antaño para ayudar a la comprensión del mundo, como diría Iván David
Ortiz:
Mnemosine, hija de Urano y Gea es decir, del
cielo y la tierra, fue la que parió de Zeus las nueve musas que le permitieron
a los órficos griegos, a través del recuerdo, acceder a las memorias arcanas y ´´romper
las ataduras de Leto´´ (Ortiz
Palacios, 2008, pág. 88)
Clío es la musa de la Historia y por
ende la Historia nació como arte, aunque después para la sociedad moderna se convirtió en ciencia, víctima de la
resignificación que se le dio al arte y la ciencia guiados por la razón y los
paradigmas positivistas que no vienen al caso discutir. Lo importante es
destacar que las artes y los objetos de
arte son también objetos de la memoria, huellas del pasado que nos llevan a
recordar hechos, procesos y personajes de la historia, “el artista por su
parte, quiere aludir a la memoria, mostrar la memoria del hombre, del espacio,
de lugares, etc.”[2] Los
monumentos por ejemplo, son objetos, pero no cualquier tipo de objeto, pues no
tienen una funcionalidad instrumental sino que están para representar algo que
no es el objeto mismo y que posee un significado social, digno de conmemorar,
incluso exaltar, además ocupan lugares públicos para que la sociedad rememore
una parte esencial de la cultura misma, de igual forma ocurre con las,
pinturas, canciones, esculturas y literatura que a lo largo de la historia se
han conservado y nos dan un testimonio de cómo fue el pasado y que podemos
aprender de este, es decir, nos permite hacer
una reflexión histórica.
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