NADIN OSPINA- COLOMBIALAND

La exposición de Nadín Ospina en París, específicamente concebida para nuestra Sala como un nuevo desarrollo de su serie Colombialand, incide de manera especial en la crítica de las visiones tópicas y los estereotipos que, desde fuera, se aplican a Colombia. En este caso, las imágenes lego, crítica e irónicamente subvertidas, nos permiten ver y comprender mejor el mundo en el que vivimos, una de las tareas más importantes del arte. En Colombialand, con una gran intensidad de síntesis plástica, se desvela cómo los tópicos y los estereotipos deformantes lo contaminan todo, incluso lo pretendidamente más inocente: el universo de los juguetes, en el que, desde niños, se genera y forma
una concepción del mundo.
José Jiménez
Director del Instituto Cervantes de París


Así como lo hace Nadín Ospina desde el arte, he reflexionado con frecuencia sobre los referentes que prevalecen sobre Colombia en los medios de comunicación, la prensa y las producciones cinematográficas en el exterior.
Por esta razón, encuentro interesante la propuesta Colombialand, en la medida que aborda y cuestiona la estigmatización que distorsiona las miradas que se hacen del país.
El origen del proyecto, según lo relata el propio artista, se ubica en el día que observó con curiosidad cómo su hija jugaba con unos muñecos de Lego que él mismo le regaló. Las piezas hacían parte de la serie Aventureros de la empresa danesa. El juego consistía en el viaje de aventura de un profesor y un detective a países exóticos de América Latina. 
Los personajes se presentaban como salvajes y violentos; los paisajes correspondían a aquellos de una espesa selva; y los elementos del entorno eran loros y piezas precolombinas.
El producto de las reflexiones que Nadín efectuó a partir de esta experiencia íntima y familiar, se puede apreciar en la exposición Colombialand que hoy presentamos con mucho orgullo en el Instituto Cervantes de París. Esta muestra resulta de central importancia en dos sentidos. Por una parte, la sugestiva propuesta artística busca desmitificar la violencia como elemento caracterizador de culturas tan variadas, ricas e inagotables como las de América Latina. De otra parte, permite exponer en Europa la obra reciente de uno de los más destacados creadores colombianos de la contemporaneidad.

Nadín Ospina ha logrado en esta muestra, como lo ha hecho en tantas otras propuestas creativas reconocidas mundialmente, plantear un debate sobre el uso de imágenes violentas que generan sesgos, los cuales pueblan no sólo el imaginario colectivo, sino que están presentes en muchas obras del arte latinoamericano. Así lo expresa el propio Nadín: “La violencia, uno de nuestros filones de exportación informativa y cultural más apetecidos en el exterior, fundamenta su éxito en la ingenuidad, el puritanismo, y la mala conciencia de un público ávido de imágenes desgarradoras y en el paternalismo de una crítica deseosa de artistas víctimas y víctimas registradas por el arte, ojalá reales y garantizadas como en una espeluznante snoof movie”.
La obra de Nadín Ospina que presenta al público la Embajada de Colombia en Francia, es una invitación a reflexionar sobre cómo la creación de estigmas es un factor que desdibuja el peso de las culturas. De la misma forma, sobre cómo este fenómeno utilizado como tema del arte, puede servir para que extranjeros, e incluso nacionales, en ocasiones hagamos lecturas prejuiciosas sobre nuestra compleja realidad.



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